Capítulo 8

Grand Seiko Spring Drive 9R y la búsqueda de una mayor autonomía o reserva de marcha.

La energía de un reloj mecánico procede de su muelle real. Cuando se agota toda la energía y el muelle real se desenrolla, el reloj se para. En los años 90, la autonomía de un reloj mecánico típico solía estar entre las 40 y 50 horas.

Al igual que un movimiento mecánico, el Spring Drive también funciona con un muelle real. Cuando en 1999 se lanzó el primer reloj Spring Drive, su autonomía era de 48 horas, una cifra comparable a la de los relojes mecánicos de la época. Pero al desarrollar el Calibre 9R, Grand Seiko persiguió una mayor duración de 72 horas.

El Spring Drive genera electricidad a partir del desenrollado de un muelle real, y un freno electromagnético controla la velocidad a la que gira la rueda deslizante situada en el extremo del tren de engranajes. El diseño del movimiento Spring Drive requirió la creación de un circuito integrado (IC) de bajo consumo que garantizara una autonomía suficiente para un reloj funcional en el día a día. Esta característica crítica no fue tenida en cuenta por los ingenieros durante la primera y segunda fases de desarrollo de la tecnología en los años ochenta y noventa. Finalmente, superaron el reto durante la tercera fase de desarrollo, y en 1999 se lanzó un reloj con una reserva de marcha de 48 horas.

En la década de 2000, las 72 horas de reserva de marcha representaban un nuevo listón muy alto para Spring Drive. En 2004, Grand Seiko lo logró con el calibre 9R65, que no solo ofrecía una larga duración, sino también la comodidad de la carga automática, mostrando además las horas, minutos, segundos y fecha. Durante el desarrollo del movimiento automático insignia, el 9R, el equipo ya estaba pensando en crear otro movimiento que mantuviera una autonomía de 72 horas, incluso cuando el reloj incorporara un cronógrafo, una función que consume mucha energía.

Para lograrlo, además de desarrollar un circuito integrado basado en tecnología SOI (Silicon on Insulator) que redujera el consumo energético (alrededor de 1/100 en comparación con la primera fase del desarrollo del Spring Drive), el equipo utilizó diversas técnicas para mejorar la autonomía. Entre otras cosas, se pulieron los piñones, se mejoraron las bobinas para generar energía y se utilizó un material específico para reducir la energía perdida por el magnetismo. Las técnicas y la experiencia adquiridas en relojes mecánicos como el Grand Seiko First y el 61GS, así como otras aprendidas en la tecnología de cuarzo y semiconductores utilizada para el 9F de cuarzo, se combinaron en la búsqueda de una mayor reserva de marcha.

La última generación de movimientos Spring Drive 9R es la serie 9RA, que comprende los calibres 9RA5 y 9RA2, desarrollados en 2020 y 2021, respectivamente. Estos movimientos combinan la cuerda automática con una larga reserva de marcha de 120 horas, o cinco días, lo que supone un nuevo nivel de rendimiento y comodidad. Sus amplias reservas de potencia se conseguían mediante el uso de dos cañones ingeniosamente diseñados. Aunque en relojería no es inaudito que haya dos barriletes, suelen tener el mismo tamaño aproximado, lo que hace que no se utilice espacio en el movimiento. Los cañones de doble tamaño de 9RA2 y 9RA5, por el contrario, ocupan menos espacio, lo que aprovecha al máximo el espacio disponible y permite un diseño de movimiento compacto. Un cañón es pequeño y grueso, mientras que el otro es más grande y delgado. Cada uno de los dos muelles principales está diseñado para enrollarse y desenrollarse de forma que se maximice la reserva de energía creada a través de su salida combinada.

Las habilidades artesanales y la capacidad de innovación de una manufactura integrada verticalmente son fundamentales para lograr estas innovaciones. Los barriletes, los trenes de engranajes, los osciladores de cristal y los circuitos integrados utilizados en la serie de movimientos 9RA son de fabricación propia. Grand Seiko diseña, fabrica y ensambla todos sus componentes principales, creando movimientos altamente eficientes capaces de funcionar durante largos periodos de tiempo.